Hace un tiempo escribía en el blog sobre la diferencia entre SER y ESTAR, es decir, acerca de dos conceptos universales en cualquier lengua: IDENTIFICAR y DESCRIBIR.
Cuando el estudiante de ELE ha comprendido a dar y comprender una información que identifique y/ o que describa , es interesante que compartamos textos, artículos, fragmentos, etc para, juntos, docente y estudiante, reflexionemos sobre ello.
Así lo he hecho y lo hago, dando muy buenos resultados. Esta vez la propuesta ha sido la entrada de un blog:
Concepto: Identificación/
Descripción
Descripción
Artículo de reflexión: Ser
mediocre/ Estar en la
mediocridad
mediocre/ Estar en la
mediocridad
Quizá haya
llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o
aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo. Asumir
que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con
otra batería de medidas urgentes o una huelga general. Reconocer que el
principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. Admitir, para tratar de
corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.
llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o
aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo. Asumir
que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con
otra batería de medidas urgentes o una huelga general. Reconocer que el
principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. Admitir, para tratar de
corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.
Ningún país
alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro
años. Es el
resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase
dirigente. Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más
populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que
más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los
únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan. Porque son de los nuestros. Estamos tan acostumbrados a
nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de
las cosas. Sus excepciones, casi siempre reducidas al deporte, nos sirven para
negar la evidencia.
alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro
años. Es el
resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase
dirigente. Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más
populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que
más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los
únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan. Porque son de los nuestros. Estamos tan acostumbrados a
nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de
las cosas. Sus excepciones, casi siempre reducidas al deporte, nos sirven para
negar la evidencia.
Mediocre es un país donde sus
habitantes pasan una
media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente
basura. Mediocre es
un país que en toda la democracia no ha dado un presidente que hablara inglés o tuviera mínimos conocimientos
sobre política internacional. Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo
rancio, ha conseguido dividir incluso a las asociaciones de víctimas
del terrorismo.
Mediocre es un país
que ha reformado su sistema educativo trece veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la
cola del mundo desarrollado. Mediocre es un país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del
mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
habitantes pasan una
media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente
basura. Mediocre es
un país que en toda la democracia no ha dado un presidente que hablara inglés o tuviera mínimos conocimientos
sobre política internacional. Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo
rancio, ha conseguido dividir incluso a las asociaciones de víctimas
del terrorismo.
Mediocre es un país
que ha reformado su sistema educativo trece veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la
cola del mundo desarrollado. Mediocre es un país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del
mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
Mediocre es un país con una cuarta parte de su
población en paro que sin embargo encuentra más motivos para indignarse cuando
los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas. Es mediocre un país donde
la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada -cuando no robada impunemente-
y la independencia sancionada. Un país que ha hecho de la mediocridad la gran
aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que
buscan ocupar la
próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que se insultan sin
aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia
mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
población en paro que sin embargo encuentra más motivos para indignarse cuando
los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas. Es mediocre un país donde
la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada -cuando no robada impunemente-
y la independencia sancionada. Un país que ha hecho de la mediocridad la gran
aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que
buscan ocupar la
próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que se insultan sin
aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia
mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
Mediocre es un país que ha
permitido, fomentado, celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando
la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la
imparable marea gris de la mediocridad.
permitido, fomentado, celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando
la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la
imparable marea gris de la mediocridad.
http://davidjimenezblog.com/2012/02/28/el-triunfo-de-los-mediocres/