Después de un año y medio organizando el Intercambio Lingüístico Granada
llego a unas cuantas reflexiones que hacen que el aprendizaje de idiomas se convierta en algo especial, interesante, emocionante y un continuo reto para los que nos gusta ampliar nuestras miras lingüísticas, culturales, didácticas, sociales, etc.
Estos meses me han enseñado:
– a conocer a las personas, tal y como son, con espontaneidad y naturalidad
– a observar las capacidades y habilidades que tenemos cada persona y que a veces…no sabemos
– a descubrir que cada cultura, cada religión, cada país, cada persona es un mundo apasionante donde el entendimiento es posible si existe la buena intención, el saber escuchar, el saber hablar respetando, el afán de aprender de alguien diferente a mí, el compartir opiniones distintas y entender las razones
– a comunicarme mejor, a comprender las necesidades y objetivos de personas, como yo, que buscamos un mundo mejor y más armonioso
– a crear un ambiente agradable, divertido y simpático con nuestras aportaciones
– a tratar temas de cualquier ámbito profesional, social, cultural, político, deportivo, etc
– a valorar el tiempo de colaboradores y participantes que lo dan para que otros avancen, disfruten, aprendan, etc
– a que lugares como La Bruja Omkara, Ugarit y El Pilar del Toro, Almalibre Açai House además de un negocio, es un lugar de encuentro cultural, lingüístico y de amigos
Podría seguir con más enseñanzas pero aquí cabe decir: «Pasen y vean».