En la enseñanza ELE nos encontramos, a veces, con vacíos en la competencia léxica que no completamos o quedan «al libre albedrío» sin darnos cuenta de la trascendencia que tiene. Un nativo es capaz de reconocer una palabra, etiquetarla, categorizarla y relacionarla con otras unidades léxicas para comunicarse. ¿Y un no nativo que estudia español?¿Conseguimos que logre establecer estas conexiones? La profesora de la Universidad de Nebrija, Marta Baralo nos ayuda a esta reflexión a través de un trabajo sobre la competencia léxica:
El conocimiento de una palabra es una representación
mental de gran complejidad, que integra diferentes aspectos y componentes cognitivos,
algunos más automáticos e inconscientes y otros más conscientes, reflexivosy experienciales. Tal representación mental puede asemejarse a una redentretejida con diferentes hilos, cada uno de los cuales proporciona algún tipode conexión.El aprendizaje de cada palabra se presenta como un proceso gradual y complejo.
La «carga o esfuerzo de aprendizaje» de una palabra es la cantidad de esfuerzo
cognitivo que se necesita para adquirirla. Esta carga es muy variable para
un aprendiente de español/LE pues dependerá de varios factores. El esfuerzo será
menor si los sonidos y la estructura fónica y semántica que integran la palabra
se corresponden con los de su LM u otra lengua que conozca, es decir, si está
familiarizado con ella. Los profesores podemos reducir la carga de aprendizaje
de las palabras llevando la atención de los alumnos hacia estructuras sistemáticas
rentables, como las reglas de formación de palabras, y estableciendo analogías y
contrastes intralingüísticos e interlingüísticos.
Marta Baralo,Universidad Antonio Nebrija